mi espacio de revuelta íntima

miércoles, enero 11, 2006

Vergüenza ajena

Es el sentimiento que me producen las declaraciones del Presidente del Tribunal Supremo.
Establecer una equivalencia entre una lengua - el catalán- y una danza -las sevillanas- demuestra una ignoráncia o malicia inadmisibles en la cúspide del Poder Judicial.
Y no es la primera vez que ese Sr mete la pata. Hace meses justificaba el asesinato del muchacho brasileño que la policia británica acribilló a balazos en una estación del metro de London.
La renuncia al cargo es la salida más digna que puede tener ese Sr.
La otra salida es que quién lo nombró, lo destituya.
Si continua en el cargo seguiré sintiendo vergüenza ajena.